Estoy
convencido que el agujero en la capa de ozono, está produciendo daños
irreparables en las conexiones neuronales del género humano, haciendo que a más
de uno, “se le vaya la pinza” por momentos.
Para
demostrar esto, incorporo una prueba irrefutable. Un esforzado ciudadano ruso,
preocupado por el momento político de su presidente, afronta un sacrificio
máximo, casi inhumano. Desea transmitir
una energía positiva al líder de su gran país, y para ello, afronta un esforzado
proyecto: Tocarle los pechos a 1000 ciudadanas rusas, preocupadas por su NACIÓN,
y traspasar toda esa energía “benéfica” en un apretón de manos al señor Putín, inmerso en una campaña complicada.
Una de cada 6 abnegadas ciudadanas se prestó al experimento, por lo que creo que el señor Putin ganará las elecciones de calle.
No me queda más
que incorporar el cuerpo del delito...
Como decía mi sabia madre:
“Niño, Como están las cabezas…”
“Niño, Como están las cabezas…”
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