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domingo, 4 de septiembre de 2011

Noé y las Alcachofas

       Hoy he leído en el periódico una de las muchas leyendas, que adjudican la fundación de nuestra bella ciudad de Granada, a personajes de lo más peregrino.

       Por lo visto, según el rey Alfonso X, hombre sabio donde los haya, el mismísimo Túbal, hijo de Jafet y nieto de Noé, arribó a nuestra piel de toro tras el diluvio, con la muy loable intención de fundar una ciudad aquí, y otra más allá. Imagino que el pobre hombre, tras la hecatombe acuática, buscaba un sitio soleado, y en eso a Andalucía no le  gana nadie, sobre todo en agosto. El caso es que años más tarde en el mismo lugar, una reina con sugerente nombre, Natta, tras rocambolescas vicisitudes, acabó en una cueva, de lo que se deriva... “Gar-Natta” (o sea nuestra Graná).
 
Granada nevada desde la albaycin
       Reconozco que es un poco rebuscado, y hasta lioso, pero quedémonos con lo importante, el señor Túbal.
       Tras la lectura del diario, me ha venido a la memoria, o más bien al estómago, un restaurante en Tafalla (Navarra), homónimo de nuestro insigne héroe, “Restaurante Túbal”. Parece ser que este buen hombre, también llegó a tierras navarras, probablemente atraído por su excelsa huerta.
       Esta huerta, es la que desde hace años, atrae a los viajeros a pararse en el bello edificio de la plaza de Navarra en Tafalla, donde la señora Atxen y sus hijos, bordan los frutos de estos frondosos pagos.
Restaurante Túbal en fiestas
       Creo que merece la pena apearse del camino, si estamos de paso, para apreciar una carta donde, cosa extraña, se enorgullecen de sus “verduras”. Deliciosos creps de borrajas con salsa de almejas, alcachofas con cigalas o una menestra que honra este nombre.



       Me alegra que todavía haya zonas en España, donde es posible encontrar como estrella de una carta, unas buenas alcachofas, o unos deliciosos espárragos. Esta riqueza es la que hace grande nuestra cocina, alejándola de modelos foráneos mucho más pobres.
       Suficiente por hoy, que me he dejado una judías peronas en el fuego que quitan el aliento…

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