Sí señores, no es que las honradas gallinas se hayan puesto en huelga, que deberían, ni que la crisis haya intensificado el consumo de la tortilla patria; la culpa, como casi siempre, es de la Unión Europea.
La entrada en vigor el 1 de enero de la nueva normativa europea de bienestar animal, ha dejado al sector ganadero fuera de juego. A pesar de que los países han tenido 10 años para adaptarse a la nueva normativa aprobada en el año 2000, en diciembre aún había en Europa 51 millones de gallinas que no disponían de las nuevas "jaulas enriquecidas", con más espacio, cortadores de uñas, nidos y otras comodidades. El gobierno europeo amenaza con sanciones a los países que no cumplan la ley.
Numerosas granjas van a cerrar por no disponer de los recursos para afrontar las nuevas inversiones, y hasta alguna fábrica de derivados, ha parado ante la falta de materia prima.
La eterna lucha entre producir alimentos y el bienestar animal. No sé, a mí todo esto me da unas ganas enormes de comerme un buen huevo campero de gallinas criadas en extensivo.
Pero ya se sabe, para gustos hay tortillas.
Una manifestación más de la exquisita sensibilidad de este sector de opinión progresista que arropa al perro con una manta y le dan al gato solomillo picado.
ResponderEliminarUn abrazo