Si te gusta alguna entrada, por favor, compártela. Si no es de tu agrado, no dudes en criticarla en tu comentario.

La pluralidad de opinión hará mejor este blog.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Un cangrejo en Navidad...



          He vuelto. De nuevo estoy delante del ordenador, con la chimenea encendida y ambiente de "El Almendro por navidad". Tras un largo periodo fuera del hogar, retorno a casa, y me veo otra vez en zapatillas frente a los muebles de mi madre que tanto quiero.

     Quizá debido a este "exilio" transitorio, a las fechas en las que estamos, o simplemente por que me apetece, hoy quiero escribir una historia de Navidad.

     Navidad es una bonita isla en el océano Índico, dependiente de Australia pero a solo 360 kilómetros de Yakarta, la capital de Indonesia. Debe ser agradable el sitio, ya que las guías turísticas están llenas de loas al lugar: 
"Playas salvajes, paisajes naturales, arrecifes, buceo, senderismo, naturaleza en estado puro y por supuesto, golf mucho golf..."

Playa en Navidad

        Está claro que esta roca en mitad el Índico, es un lugar apetecible para descansar, e incluso comenzar una nueva vida. Esto al menos deben pensar los miles de "inmigrantes ilegales", que a bordo de precarias embarcaciones, zarpan de las costas Indonesias intentando alcanzar el dorado del primer mundo Australiano.


Barco con inmigrantes frente a Navidad

       Pero la cosa no es fácil. La dificultad de la navegación en estas aguas, los piratas, los traficantes de personas, y dos países que no quieren saber nada de esta diáspora del siglo XXI, les lleva en numerosas ocasiones a la tragedia. A mediados de año, al menos 75 personas murieron en un naufragio mientras las armadas de Australia e Indonesia se pasaban la pelota del rescate.
     Dos países llamados civilizados, no se ponen de acuerdo para ayudar a unos seres humanos que zozobran en pleno océano, ahí queda la cosa.

       Pero continuemos con nuestra historia navideña. Debido a sus buenas condiciones de conservación, la isla de Navidad es un gran parque natural. Son numerosos los endemismos que se conservan en su reducida superficie, y varias especies tienen especial interés, entre ellas un tipo de cangrejo rojo.

Migración de los cangrejos rojos

     El bichejo en cuestión, vive en el interior de la isla, pero sobre el mes de noviembre, migra a la costa para desovar y completar su ciclo vital. Más de 100 millones de individuos, en lo que se convierte cada año en un gran espectáculo, "emigran" hasta el borde del agua, sin detenerse por nada.
       Pero la civilización ha llegado al paraíso, y varias carreteras se interponen entre los animalitos y la playa. El tráfico rodado causa estragos y las autoridades, muy preocupadas, han invertido dinero, tiempo y recursos en facilitar el paso a los cangrejos.



Puente para cangrejos rojos.
     La geografía de la isla se ha llenado de pasos elevados, carteles de advertencia y "túneles" bajo las carreteras, para salvar la vida de estos crustáceos.

       El hombre y el cangrejo, dos historias paralelas, compartiendo la misma isla, pero con un tratamiento muy distinto: facilidades, frente a impedimentos y abandono.

     No quiero parecer demagogo, pero creo que estamos completamente "desenfocados", y no prestamos atención a lo realmente importante. El estar fuera de casa, me ha hecho reflexionar sobre lo terrible que debe ser estar lejos de tu país y no disponer de ninguna ayuda para sobrevivir.

     La vida humana debe estar por encima de todo. Hace dos mil años alguien ayudó a un niño a nacer en un pesebre, y ese gesto cambió la vida de millones de personas. Hoy en día, son muchos los que siguen esperando un gesto amable... en Navidad. 


            Os deseo Feliz Navidad de todo corazón...
 

2 comentarios: